sábado, 17 de noviembre de 2012

El Observador - RCTV Internacional: “Estofado alemán” y 1 más.

El Observador - RCTV Internacional: “Estofado alemán” y 1 más.

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Estofado alemán

Posted: 17 Nov 2012 07:04 AM PST

Esta receta para 8 personas, es ideal para ser acompañada con papas al vapor…

¿Qué necesitas?
  • 1 / 4 de taza de aceite vegetal.
  • 1 cebolla grande cortada en ruedas finas.
  • 2 hojas de laurel.
  • 1 kilo de carne de cochino, puede ser lomo o carne del pernil, cortado en cuadros.
  • 2 cucharadas de pasta de tomate.
  • 1 repollo verde mediano, cortado en tiras largas y delgadas.
  • 4 pepitas de pimienta guayabita.
  • 1 / 2 cucharadita de pimienta negra molida.
  • 2 cucharaditas y 1 / 2 de sal.
  • 1 cucharadita y 1 / 2 de comino.
  • 1 / 2 cucharadita de pimentón dulce en polvo.
¿Cómo lo haces?
  • Para fermentar el repollo, en un recipiente mezcla 1 cucharadita de comino, 2 cucharaditas de sal, 1 hoja de laurel y la pimienta guayabita.
  • En un bol grande, coloca el repollo, agrégale la mezcla anterior, remueve y colócale un peso encima. Empuja hacia abajo para compactarlo lo más posible. Tapa y deja fermentar durante dos días. Cuela y reserva.
  • En una sartén con aceite, sofríe la cebolla y el laurel por 5 minutos. Agrega el cochino y deja cocinar por 10 minutos más.
  • Coloca la carne con el sofrito en una olla y agrega la pasta de tomate y el repollo ya fermentado, remueve y cocina por 5 minutos más.
  • Añade la pimienta, la sal el comino, el pimentón en polvo y el agua.
  • Tapa y deja cocinar a fuego bajo por 1 hora.

¡Y a comer..!


17 de noviembre, día de San Gregorio de Tours

Posted: 17 Nov 2012 03:58 AM PST

Nació en el 538 ó 539 en la Auvernia, la actual Clermont-Ferrand, Francia, y murió en Tours el 17 de Noviembre de 593 ó 594.

Descendía de una distinguida familia galorromana, emparantada estrechamente con las familias galas más ilustres. Su nombre de pila fue Georgius Florentius, pero en memoria de su bisabuelo materno, Gregorio, Obispo de Langres, adoptó más tarde el nombre de Gregorio.

Siendo muy joven perdió a su padre y fue a vivir con su tío Gallus, Obispo de Clermont, bajo quien fue educado en todo lo eclesiástico a la manera de entonces. Una recuperación inesperada de una grave enfermedad movió su mente para servir a la Iglesia. Gallus murió en el 554 y la madre de Gregorio se fue a vivir con unos amigos de Borgoña dejando a su hijo en Clermont al cuidado de Avitus, un sacerdote, que sería más tarde Obispo de Clermont (517-594).

Avitus dirigió a su alumno al estudio de las Escrituras. Según Gregorio, la retórica y la literatura profana fueron tristemente ignoradas en su caso, omisiones que en su vida posterior lamentaría seriamente. En sus escritos se queja de su ignorancia en las reglas de la gramática, de confundir los géneros, mal empleo de los casos, no entendía el uso correcto de las preposiciones ni la sintaxis de las frases, autocensurándose que tal necesidad no se tomó demasiado en serio. Gregorio supo de gramática y literatura al igual que cualquier hombre de su tiempo; puede ser que fingiera cuando se propone como poco instruido; quizá esperara recibir alabanzas por su aprendizaje.

Como Obispo, nuestro santo del día emprendió con gran celo la dura labor que le fue impuesta. En el pasado reciente el Rey Clodoveo había usado y abusado de su poder, pero sus servicios al orden social y la fama de sus hazañas justificaron los abusos de su reinado para ser en gran parte perdonados.

Entre sus obras por el bienestar general siempre defendió lo que era correcto y justo con prudencia y valor. Por su oficio fue el protector del débil y como tal siempre se opuso a sus opresores. También tomó una parte importante al aumentar el número de iglesias, que eran entonces los centros de la vida religiosa de la Galia. La iglesia catedral de Tours, derribada por un incendio bajo su predecesor, fue reconstruida, y la iglesia de Santa Perpetua se restauró y decoró. Desde los días de Clodoveo la Iglesia había tenido, a través de sus obispos, una posición preponderante en el mundo franco.

Gregorio también se destacó como historiador, comenzó a escribir desde el tiempo de su elección al episcopado. Sus asuntos parecen haber sido escogido al comienzo de su actividad literaria, menos por su importancia que con el propósito de la edificación. Los milagros de San. Martín parecen ser que fueron su tema principal y siempre apreció más los temas hagiográficos. Incluso en sus escritos estrictamente históricos, los detalles biográficos ocupan a menudo un lugar bastante desproporcionado con su importancia.

La fama de Gregorio como un historiador reside en su “Historiae Francorum” en diez libros, con el fin de pasar a la posteridad el conocimiento de su propio tiempo, como el autor nos asegura en el prólogo.

Su actuación fue de importancia tanto en lo religioso como en lo secular. Su gran obra, la Historia de los francos, es una extraordinaria fuente de información sobre los reinos merovingios y las incesantes luchas internas que los agitaron y que él conoció de cerca; no faltan en ella relatos detallados de discusiones teológicas con judíos y con godos arrianos; su latín ofrece ya señales de evolución hacia el romance. El sentido crítico de Gregorio no es bueno, lo que se deja ver aún más en sus Ocho libros de los milagros.